lunes, 23 de enero de 2017

Picaresca, Bizantina, Pastoril y Caballeria

Narrativa

La narrativa es un género literario fundamental o archigenérico (está presente en todas las culturas y en todas las épocas) escrito u oral, con derivaciones técnicas formales de tipo audiovisual (narración en historietas, cinematografía, radionovela, telenovela, serial televisivo, videojuego, infografía), que, en su forma clásica, recoge una serie de hechos presentados o explicados por un narrador (si no los presentara, sino que sucedieran sin mediación, sería directamente teatro o género dramático), que suceden a uno o más personajes que son los que realizan las acciones. Posee numerosos subgéneros, entre los que destacan especialmente la epopeya, la novela y el cuento o relato cortos.

Características

En la narrativa pura suele dominar la tercera persona (él, ella, ello, ellos, ellas), aunque también la hay menos pura en segunda persona (novela epistolar) o en primera (novela picaresca, falsa autobiografía) o mixta (por ejemplo, La muerte de Artemio Cruz de Carlos Fuentes, novela escrita en primera, segunda y tercera personas). En ella dominan los tiempos verbales pretéritos o pasados (especialmente los perfectos, que son los que hacen avanzar la acción, aunque también los imperfectos, que la evocan o describen), en ella el autor suele esconderse bajo la máscara de un narrador de distintos tipos (partícipe, omnisciente, etc.) y posee una extensión bastante larga, por lo general. Su forma y estructura es proteica y muy cambiante: tiende a englobar además otros géneros (en el Quijote de Miguel de Cervantes y en La Historia de Genji de Murasaki Shikibu, primeras novelas modernas de Occidente y de Oriente cada una, hay diálogos cuasi teatrales, discursos, poemas, monólogos, otras narraciones intercaladas)

La narrativa a menudo se escribe en prosa, debido a que la narrativa se enfoca en los hechos concretos que se describen, aunque también se puede realizar en verso; en este segundo caso, por lo general se prefiere el verso largo: shloka (Mahabarata, Ramayana hindúes), hexámetro (la Iliada y la Odisea del griego Homero, la Eneida del latino Virgilio...), alejandrino (Milagros de Nuestra Señora, del español Gonzalo de Berceo), endecasílabo (La Araucana, de Alonso de Ercilla...). Más excepcionalmente puede usarse el arte menor (Martín Fierro, de José Hernández)

El autor puede o no estar directamente involucrado en la obra. Si se trata de un cuento o de una novela, la historia es imaginaria (ficticia) y, en el caso de una crónica, se trata de una historia real.1

El paradigma narrativo, según Walter Fisher, hace referencia a toda «comunicación con sentido» que refuerza la experiencia y ve esta comunicación en forma de una historia.

La narrativa circula por la cultura como válida y la cultura facilita su validación. Permite interpretar, estructurar y organizar la vida cotidiana.


Subgéneros y modalidades

La narrativa engloba subgéneros como la epopeya, el cantar de gesta, el poema heroico, la novela, el cuento o relato corto, la leyenda, el cuento tradicional, el mito, la fábula, el romance y todo tipo de relatos en general o en concreto.

Cuando se habla de narrativa es importante destacar que el término abarca otros campos además del literario, como el audiovisual (videojuegos, televisión, cine y recursos multimedia).

Componentes
Una narración se compone de varios elementos:

Narrador que presenta y ordena los hechos y los personajes, y que puede ser exterior o interior a la historia, o incluso innominado y con la facultad de conocer pensamientos y sentimientos de los personajes (el llamado narrador omnisciente).
Personajes: personas (no necesariamente humanas) que realizan las acciones que se describen. En la literatura es común que se describan además los sentimientos de los personajes antes los hechos.
Trama o argumento: secuencia de hechos, peripecias o episodios que suceden a los personajes. La descripción no necesariamente es lineal en el tiempo, existiendo figuras como la analepsis y el racconto.
Ambientación: contexto social, político, moral (costumbres, valores) y espaciotemporal (cronotopo) en el que están inmersos los personajes.
Tema: asunto de que trata la obra o que se deduce de su trama. A veces aparece complicado o mezclado con diversos subtemas o temas menores. Ejemplos de ellos son hechos generales (vida, muerte, búsqueda), sentimientos (felicidad, tristeza, miedo, culpa, vergüenza, placer, dolor, venganza) y valores (justicia, perdón, honor, respeto, sacrificio, lucha, libertad). El tema y los subtemas se formulan con una sola frase.
Estilo: características artísticas de la obra: tipo de lenguaje, género literario, convenciones respetadas o quebradas, personalidad del artista, expresividad, originalidad, intención...
Modelos narrativos[editar]
Con respecto al análisis narrativo, resulta interesante la propuesta de J. García Jiménez (1993) de distintos modelos.

Modelo comunicacional

Dicho modelo se basa en considerar el fenómeno narrativo como un tipo particular del proceso comunicativo. Dentro de este proceso, el narnicacional que se establece demanda una interpretación que impone una comunicación/significación en la que ambas personas (narrador y narratario) comparten los códigos, ya sea el código lingüístico, narrativo, o el semántico-pragmático, sobre los cuales se establece el relato o historia.

El narrador es quien se encarga de relatar la historia, sobre un mundo ficticio y una sucesión de hechos, sitios y personajes, en un lapso determinado de tiempo. Juega un papel intermediario entre el público y los hechos.2

Se puede diferenciar entre los siguientes tipos de narradores:

Cuando el narrador habla en primera persona, entonces se conoce como narrador personaje y es partícipe en la historia que narra.
El narrador testigo/objetivo relata los hechos en tercera persona con carácter de observador.
El narrador omnisciente es el que habla, en tercera persona, conoce los sentimientos y pensamientos de los personajes además de los hechos.

Modelo semiológico

El modelo semiológico parte de la premisa metodológica de que «todo cuanto existe es dialéctica significativa y en consecuencia, texto, puro texto». Su análisis se guía por una racionalidad subjetiva que profundiza en determinados rasgos y no pretende un estudio acabado y completo. Este modelo es muy rico y exhaustivo en el estudio del aspecto que focaliza, que debe ser homogéneo, razón por la cual es muy difícil de ser aplicado en los relatos audiovisuales.

Modelo Actancial

Este modelo sigue la lógica de Propp y sostiene que existen formas universales de organizar la narración o «suprarelatos» y así analizar las migraciones de motivos narrativos. Sin embargo, este modelo también se aparta de la lógica proppiana por lo que se refiere que no considera el número de funciones narrativas sino que se aboca al análisis de las estructuras profundas del relato. Es interesante la propuesta de Greimas, el cual propone un modelo de análisis del relato basado en los actuantes: en tal sentido es un modelo semiótico comunicacional y enfatiza en las funciones que representan los personajes dentro de un relato. Se habla de que el actuante puede ser una persona, un animal, una taza o cualquier figura, que se mezcla con la función que representa dentro de la narrativa destacando al actuante.

Hasta aquí, estos modelos emergen del pensamiento analógico y deductivo. En cambio, existe otro modelo que tiene una lógica diferente:

Modelo pragmático

Este modelo sigue una lógica inductiva y parte del análisis de los textos narrativos para inferir los indicadores significativos y los criterios que posibiliten la construcción de hechos observables. Este modelo, si bien asume las contribuciones de los modelos anteriores, propone estrategias mejores a las elaboradas por el modelo semiológico para el análisis de los discursos narrativos:

No se limita a la «gramática de la historia» y considera como factores esenciales el contexto y la dimensión pragmática del discurso.
En el caso de la narrativa abarcada desde el ámbito audiovisual, por ejemplo, se apela al contexto sociopolítico en el cual emergen las tecnologías de la información y a la dimensión pragmática del discurso narrativo que se genera bajo estos entornos.

El modelo pragmático de análisis representa un tipo particular de organización discursiva que sostiene que el acto narrativo puede ser analizado de un modo intuitivo. Básicamente incluye la dimensión poética, ya que, si bien la retórica utiliza las estrategias del discurso, permanentemente las transgreden ya que narrar implica libertad. Por lo tanto se ubica más cerca del discurso que del plano de la historia.

Diferentes autores aportan observaciones relacionadas con estos modelos:

Jean-Paul Sartre dice que el fenómeno narrativo es el encuentro y a la vez la colisión de dos actos libres: la creación y el consumo recreador, encuentro que es tanto para el autor como para el lector una experiencia lúdica.
Julia Kristeva propone reconstruir la generación de los sistemas de significación más allá de la visión de que todo posee una racionalidad explícita. Apoyándose en la Semiótica, Kristeva destaca al sujeto como generador, como autor, que inconscientemente se expresa a través de los textos. La cultura no se limita a formalizaciones ni es estrictamente una «satisfacción alucinatoria» del deseo: es a la vez singular y plural, goce estético y pulsión expresiva. Kristeva analiza la narratividad, el universo semántico y el espacio pulsional. En cambio,
Lévi Strauss se aboca a profundizar en el aspecto semántico de la narrativa.







Novela Picaresca 

Es un género literario narrativo en prosa muy característico de la literatura española, aunque trascendió a la europea en general. Surgió en los años de transición entre el Renacimiento y el Barroco, durante el llamado Siglo de Oro de las letras españolas.

De ascenso social es una ilusión; los vagabundeos de un Pablos o de un Guzmán constituyen el contrapunto irónico a los de los valientes caballeros. La vida de Lazarillo de Tormes (1554) es el comienzo de una crítica de los valores dominantes de la honra y de la hipocresía, arraigadoLa novela picaresca surgió como crítica por un lado de las instituciones degradadas de la España imperial y por otro de las narraciones idealizadoras del Renacimiento: epopeyas, libros de caballerías, novela sentimental y novela pastoril. El fuerte contraste de valores entre los distintos estamentos sociales de la España de la época generó, como respuesta irónica, unas llamadas «antinovelas» de carácter antiheroico, mostrando lo sórdido del momento histórico: las pretensiones de los hidalgos empobrecidos, los miserables desheredados, los falsos religiosos y los conversos marginados. Todos estos se contraponían a los caballeros y burgueses enriquecidos que vivían en otra realidad observada por encima de sus cuellos engolados. Algunos críticos han apuntado que este género es «Un producto pseudoascético, hijo de las circunstancias peculiares del espíritu español, que hace de las confesiones autobiográficas de pecadores escarmentados un instrumento de corrección».1

En España el género extraía la sustancia moral, social y religiosa del contraste cotidiano entre dos estamentos, el de los nobles y el de los siervos. Durante el siglo XVI comienza a vulgarizarse y degradarse la hidalguía y personajes, como don Quijote o el hidalgo pobre que se hace servir por Lazarillo de Tormes, son ilustraciones de este fenómeno en la literatura española, encontrando también su correlato reflejado por el género teatral del entremés. El humilde guitón, bigardo o pícaro de cocina como tal es un anticaballero errante en una «epopeya del hambre» a través de un mundo miserable, donde solo se sobrevive gracias a la estafa y el engaño y donde toda expectativa de ascenso social es una ilusión; los vagabundeos de un Pablos o de un Guzmán constituyen el contrapunto irónico a los de los valientes caballeros. La vida de Lazarillo de Tormes (1554) es el comienzo de una crítica de los valores dominantes de la honra y de la hipocresía, arraigadoLa novela picaresca surgió como crítica por un lado de las instituciones degradadas de la España imperial y por otro de las narraciones idealizadoras del Renacimiento: epopeyas, libros de caballerías, novela sentimental y novela pastoril. El fuerte contraste de valores entre los distintos estamentos sociales de la España de la época generó, como respuesta irónica, unas llamadas «antinovelas» de carácter antiheroico, mostrando lo sórdido del momento histórico: las pretensiones de los hidalgos empobrecidos, los miserables desheredados, los falsos religiosos y los conversos marginados. Todos estos se contraponían a los caballeros y burgueses enriquecidos que vivían en otra realidad observada por encima de sus cuellos engolados. Algunos críticos han apuntado que este género es «Un producto pseudoascético, hijo de las circunstancias peculiares del espíritu español, que hace de las confesiones autobiográficas de pecadores escarmentados un instrumento de corrección».



Características


Cubierta de una de las ediciones de 1554 del Lazarillo de Tormes.
Las características de este género literario son las siguientes:
  • El protagonista es un pícaro, de muy bajo rango social o estamento y descendiente de padres sin honor o abiertamente marginales o delincuentes. Perfilándose como un antihéroe, resulta un antípoda al verdadero ideal caballeresco que ya no existe en la sociedad contemporánea. Su aspiración es mejorar su condición social, pero para ello recurre a su astucia y a procedimientos ilegítimos como el engaño y la estafa. Vive al margen de los códigos de honra propios de las clases altas de la sociedad de su época y su libertad es su gran bien, pero también posee una frecuente mala conciencia que, por ejemplo en Guzmán de Alfarache, se extiende a lo largo de páginas y más páginas de consideraciones éticas, morales y religiosas.







Novela Bizantina

La novela bizantina, o libros de aventuras peregrinas, es un género literario narrativo en prosa que se desarrolla en España durante los siglos XVI y XVII a imitación de los autores helenísticos de la novela griega, en especial, Heliodoro de Émesa.


Modelos
  • La Historia etiópica o Los amores de Teágenes y Cariclea, de Heliodoro de Émesa, novela griega del siglo III d.C. que narra la historia de Cariclea, una princesa etíope abandonada en tierra extraña al nacer. Años después, esta conoce al joven Teágenes y se enamoran. A continuación, se ven obligados a iniciar un viaje repleto de peligros y pruebas que, a veces juntos, a veces separados, superan. Finalmente, son capturados por el rey de Etiopía que, cuando está a punto de sacrificar a Cariclea al dios Sol, la reconoce como hija. La obra acaba felizmente con el matrimonio de los protagonistas.
  • Los amores de Leucipa y Clitofonte de Aquiles Tacio, novela griega del siglo donde Clitofonte relata a un amigo las diversas aventuras que él y Leucipe tuvieron que superar antes de estar felizmente unidos

Recepción de los modelos en España

  • Portada de la primera versión en castellano de La Historia etiópica o Los amores de Teágenes y Cariclea, de Heliodoro de Émesa, publicada en Amberes en 1554.
  • Ya en la edad media se había visto la influencia de la novela griega en el libro de Apolonio del siglo XIII d.C., Sin embargo, este influjo no había sido directo, sino a través de la Historia de Apolonio, rey de Tiro (Historia Apolonii Regis Tyrii ), atribuida a Celio Simposio y escrita durante los siglos V y VI d.C que se inspiraba a su vez en la novela griega.
  • No es hasta el Renacimiento cuando se redescubre en Europa occidental la novela griega original y difunde ampliamente. Es fácil establecer una relación directa entre el redescubrimiento de estas obras y el nacimiento de la novela bizantina.
  • La Historia etiópica de Heliodoro de Émesa fue hallada en 1526 entre las ruinas de la biblioteca de Matías Corvino, rey de Hungría1 . A partir de este códice se realizó la edición princeps en 1534 y no tardó en ser traducido al latín y otras lenguas europeas. En 1554 apareció en Amberes la primera versión española y en 1587 la exitosa versión de Fernando de Mena que fue editada en tres ocasiones durante el siglo XVII.
  • Los amores de Leucipa y Clitofonte de Aquiles Tacio se tradujo al español en 1617 por Diego de Ágreda. Sin embargo, era ya bien conocida a través de traducciones latinas publicadas hacia 15502 .

Características
  • La mayoría de las novelas bizantinas responden a un esquema común: dos jóvenes amantes, que desean casarse, encuentran graves obstáculos que se lo impiden (forzada separación, viajes peligrosos, naufragios, cautiverio, etc.) hasta que, finalmente, consiguen la realización de sus anhelos al encontrarse y comprobar, con satisfacción, que su amor ha permanecido fiel y se ha fortalecido en medio de tantas pruebas y contratiempos arriesgados.
  • Los protagonistas son una pareja de amantes obligados a separarse, prometiendo antes guardar la virginidad y mantenerse fieles.
  • Castidad. El amor que se profesan los protagonistas es un amor casto y puro según la tradición neoplatónica que habían definido León Hebreo y Marsilio Ficcino. Como antítesis de este amor puro y casto, aparecen personajes degradados, víctimas de sus deseos y apetencias sexuales, que ponen a prueba la fidelidad de los amantes. Esta exaltación del amor casto y de los afectos puros responde a visión moralizadora de la vida que convierte a estas obras en el modelo ideal de lectura moralizante frente a la literatura caballeresca.
  • La acción argumental se plantea en forma de viaje. . El mar, simboliza la idea de la inestabilidad de la vida del hombre y los obstáculos fortuitos con los que se topa a lo largo de su existencia y que debe superar.Un naufragio, una tormenta o un golpe de azar pueden provocar la separación de los dos amantes o su repentino encuentro. El objetivo del viaje es, por tanto, mostrar la fortaleza del amor de los dos amantes.
  • La mentira, el disfraz y los engaños constituyen la estrategia utilizada por los protagonistas para alcanzar sus fines. No se considera como ejemplo de conducta negativa, sino la única vía para superar las adversidades que se les presentan a lo largo del viaje.
  • Entre las técnicas narrativas més relevantes están:
  • Comienzo in medias res, es decir, no se narran los hechos de una manera lineal, sino que se inicia la narración en un punto concreto de la trama, retrocediendo cuando es necesario dar respuestas que rellenen esos vacíos creados desde el inicio de la novela.
  • Las novelas bizantinas están ordenadas sobre un viaje, aunténcio hilo conductor de las obras. Esta estructura permite la introducción de numerosos temas y tramas secundarias dentro de la trama principal.
  • Anagnórisis. Al final de las novelas se produce el reconocimiento de los amantes a partir de algún objeto o detalle de la niñez. Este procedimiento narrativo se denomina anagnórisis.
  • Final feliz. El suceso concluye felizmente, como premio a los trabajos o esfuerzos de los protagonistas.
  • Se trata de un género de estirpe clásica. Los valores descubiertos en cuanto a la técnica narrativa: verosimilitud de la acción y descripción de espacios, verdad psicológica de los personajes, ingenio de la composición y, sobre todo, en el contenido: visión moralizadora de la vida, exaltación del amor casto y de los afectos puros promotores de felicidad, castigo del amor ilícito, abundancia de máximas y sentencias, etc., convierten a estas obras en el modelo ideal de lectura humanista frente a la invasión de la literatura caballeresca.



    Novela Pastoril

    Origen y evolución del género

  • Existía ya una amplia tradición anterior que viene de la literatura pastoril, centrada en torno al subgénero lírico de la égloga o poema; la mayoría de las veces consistía en un diálogo en que diversos pastores idealizados se cuentan sus amores, afortunados o no. La égloga o idilio pastoril nació con el poeta griego Teócrito, quien fue seguido en este género por el también griego Mosco y el poeta romano Virgilio, quien innovó al hacer de sus pastores trasunto de personajes reales de su entorno: Mecenas, el emperador Augusto etc. Posteriormente, en la Edad Media, Giovanni Boccaccio compuso algunas prosas narrativas de tema pastoril y eglógico, como el Ninfale d'Ameto y el Ninfale Fiesolano. Pero será Jacopo Sannazaro quien, en su Arcadia (1504, traducida al castellano en 1549), configure definitivamente el género como un argumento narrativo entreverado de composiciones o canciones en verso de tema amoroso entonadas por los pastores.

  • 1) El romance suele ser una historia de amor.
  • 2) Queda más próximo al mito que la novela.
  • 3) Los personajes son simplificaciones psicológicas.
  • 4) Tiempo y lugar no se determinan demasiado por criterios empíricos.
  • 5) La descripción de detalles externos a menudo es abundante,rica y sensual, el estilo verbal suele ser algo elevado.
  • 6) El romance suele ser muy a la moda de su época, compuesta según la sensibilidad del siglo.1
  • Estos rasgos, más lo señalado por Francisco López Estrada (combinación de prosa y verso que desarrolla una intriga pastoril, donde el amor es tema esencial, sin olvidar la presencia de otros aspectos como son el mundo cortesano, toques humanísticos, presentados desde la propia experiencia o desde la invención imaginada) son los que configuran el género.
  • La novela pastoril refleja la visión idealista y poco realista del Renacimiento, su espíritu estilizado y su platonismo. La temática es siempre amorosa , ofrece una visión estática de la naturaleza y una visión de paz. La narración es morosa y lenta y la acción, que es sin embargo embrollada, se desenvuelve con premiosidad ya que lo que importa fundamentalmente es el análisis de los sentimientos y pasiones de los personajes y la descripción del paisaje natural. Por otra parte, son frecuentes las interrupciones con digresiones de todo género o incluso con otras historias ajenas a la acción principal, aparte de los constantes versos intercalados.
  • Ya hay elementos típicos del género bucólico en las églogas de Garcilaso de la Vega, que había asistido a la Academia Pontaniana de Nápoles y conocía por ello muy bien la obra de su miembro Actius Sincerus, (Jacopo Sannazaro). Así se muestra en los diálogos de Salicio y Nemoroso. También hay elementos pastoriles en los capítulos finales del Amadís de Grecia (1530) de Feliciano de Silva, donde se relata cómo el príncipe Florisel de Niquea se hizo pastor y adoptó el nombre de Laterel Silvestre por amor de la pastora Silvia. Pero el género pasó a España ya configurado de la mano de los siete libros de la italianizante Diana (1559) del portugués que escribía en castellano Jorge de Montemayor. La obra alcanzó un enorme éxito y se tradujo y fue imitada en toda Europa (por ejemplo, La Astrea de Honoré d'Urfé en Francia y, también en este mismo país, pero ya en el siglo XVIII, la Estela de Jean Pierre Claris de Florián, etc.). El género se nacionalizó después con la Segunda parte de la Diana de Alonso Pérez y la Diana enamorada (1564) de Gaspar Gil Polo, que son continuaciones de la obra de Montemayor, la segunda de ellas ambientada en el paisaje valenciano. En la obra de Gil Polo, además, se ensaya la introducción de nuevos metros. A estas cabe agregar un contrafactum a lo divino, la Clara Diana (1580) de Bartolomé Ponce.
  • El género tuvo gran cantidad de seguidores. Destacan especialmente Los diez libros de Fortuna de Amor de Antonio de Lofraso (1573), El pastor de Fílida (1582) de Luis Gálvez de Montalvo, La Galatea (1585) de Miguel de Cervantes, Desengaño de celos (1586) de Bartolomé López de Enciso, Ninfas y pastores de Henares (1587) de Bernardo González de Bobadilla, El Pastor de Iberia de Bernardo de la Vega (1591), La Arcadia (1598) de Félix Lope de Vega, La constante Amarilis (1607) de Cristóbal Suárez de Figueroa (como homenaje a María de Córdoba), y el Siglo de Oro en las selvas de Erifile (1608) de Bernardo de Balbuena, que supone un retorno a la tradición italianizante del género en castellano. Hubo incluso versiones "a lo divino", como Los pastores de Belén, 1612, de Lope de Vega. Después entró en crisis.  





Novelas de Caballería

Son aquellas  que aparecen en Europa   a finales  de la edad media, viene a sustituir los cantares de la gesta. En estas novelas el personaje principal es un caballero que va a realizar grandes hazañas  para adquirir fama y conquistar el amor de  una dama.
El origen de las  novelas de caballería  está  en Francia con el ROMAN COURTOIS, narraciones  novelescas en verso  que tenían como protagonista a un caballero andante, defensor  de los oprimidos que afrontaba extraordinarias aventuras contra fantásticos personajes. El amor  por una dama era el motivo fundamental de estos relatos.
En España   durante el siglo XIV se conocieron  dos  novelas  de este tipo  a saber:  EL CABALLERO DE  CIFAR Y LA CONQUISTA DE ULTRAMAR , no obstante la obra que define el género caballeresco es AMADIS DE GAULA
Amadis de Gaula apareció en España  durante el siglo XVI , fue escrito aproximadamente en 1942, su primera impresión esta firmada por GARCI RODRIGUEZ DE MONTALVO  quien corrigió y enmendó los tres primeros libros corrigió el cuarto y creo el quinto denominado SERGAS DE ESPLADIAN  el cual narra la historia de Amadis de Gaula

Características:

El tema: las aventuras de un caballero que generalmente son imaginarias, el amor es el sentimiento predominante, ya que todas las acciones realizadas por el caballero son por el amor de su dama. Por ejemplo  Amadis se enamora perdidamente de Oriana, realiza arriesgadas hazañas y se retira a la Peña Pobre  cuando le falta el amor de ella.
El Viaje: Es una desviación del viaje épico, esto se debe a la diferencia que existe  en el objetivo  que  busca el protagonista  con  el mismo. En el viaje épico   el héroe se desplaza para satisfacer ideales más o menos concretos, Aquiles  se desplaza por venganza, el Cid  para recuperar su honra, mientras que Amadis  solo sale a recorrer  el mundo sin un destino cierto, viaje  que es desviado por lo maravilloso y fantástico.
Héroe : a pesar de originarse de los cantares de la gesta existe gran diferencia entre el Héroe épico y el caballero, en la épica el héroe es sacado de la historia de los pueblos, actúa por fuertes ideales , es humano. Por otro lado el caballero es idealizado, simbólico, no tiene más finalidad que su satisfacción. De estos   surge   a principios del siglo XVI la figura del pícaro, protagonista de la novela picaresca.
Ambiente: esta constituido por lejanos y pintorescos reinos donde el caballero va a  buscar aventuras, no aparecen detalles   desde el punto de vista  humano y geográfico ya que lo importante en estas novelas es la acción.
En la épica el héroe  transita por sitios reales, el caballero se mueve por lugares desconocidos. En el Mío Cid  existe la objetividad geográfica en cambio en  Amadis solo se mencionan lugares  como Bretaña o Irlanda, Rosenblat  afirma  que el ambiente es un llano, una montaña o una floresta, es decir no hay paisaje definido.
Imprecisión temporal  se ubica en el pasado, pero no un pasado concreto sino impreciso, esto se debe a la poca importancia  que tiene el momento en que ocurre la acción. En Amadis de Gaula   se observan expresiones como: Hubo  en Bretaña  a principios de nuestra era…Un día cabalgaba Gandales por el campo  y  Era  un domingo del mes de abril.
Ausencia de lo Nacional: este aspecto hace referencia a que  en la novela caballeresca  no existe lo nacional, no indica nada sobre el pueblo donde fueron escritas, Amadis puede ser de cualquier parte de Europa. Rosenblat  dice que de los 300 personajes de esta novela  solo uno es hijo del Rey de España, todos los demás son de Escocia, Irlanda, Alemania y Bretaña
Predominio de lo fantástico  elemento  relacionado con lo  inverosímil  esto se aprecia con la presencia de enanos, brujas, hadas, gigantes entre otros.
BREVE RESUMEN DE AMADIS DE GAULA
La novela inicia con el relato del amor secreto del rey Perión de Gaula y de la infanta Elisena de Bretaña, de estos amoríos, nació Amadís, quien fue abandonado en una barca junto a un anillo y  una espada  que le dejo Perion a Elisena, además  con una  nota  que  decía  Amadis  sin  tiempo hijo de rey. El niño fue criado por el caballero Gandales justo a su hijo Gandalin  bajo el nombre Doncel del Mar. A  los quince años era el joven más hermoso  y es presentado a las cortes del Rey Languines  de Escocia  quien exige  a Gandales  le deje llevar a sus dos hijos para completar su educación de caballeros. En el Palacio de Languines se encuentra Doncel del Mar con la bellísima Oriana  de quien se enamora súbitamente , recorre el mundo, en busca de aventuras fantásticas, protegido por la hechicera Urganda, llamada la Desconocida, porque nunca se presenta con la misma cara ni el mismo aspecto, y es perseguido por el mago Arcaláus, el encantador.
Perion y Elisena  ya se han casado, pero  la reina oculta el nacimiento de Amadis  a Perion, del matrimonio nació Galaor quien fue secuestrado por el gigante Gandalac.

              Es armado caballero por Perión, su padre, que ignora que se trata de su propio hijo. Después de la victoria contra Abiés de Irlanda, es reconocido por sus padres. Luego vence a Dardán el soberbio y a Angriote. El mago Arcalaús lo encanta. Se enfrenta con Galaor, su hermano mayor, de quien desconoce su identidad. Ayuda a Briolanja a recuperar el trono y libera a Oriana (hija del rey Lisuarte de la Gran Bretaña), consiguiendo la unión con ésta. Obtiene el señorío de la Insulsa Firme y el triunfo en el Arco de los Leales Amadores.
             Pero Oriana se siente celosa de Briolanja y prohíbe a Amadís que vuelva a su presencia, por lo que el caballero se aísla en la Peña Pobre y vive como ermitaño, hasta que recibe el perdón de Oriana.  Sus aventuras lo llevan hasta Alemania y, de camino a Constantinopla, llega a Ínsula del Diablo donde mata a Endriago, bestia monstruosa y sanguinaria. Al regresar, lleva a Oriana a la Insulsa Firme, con la oposición de Lisuarte y de Patín. 

Luego se presenta el episodio  de cómo Espladian  hijo de Oriana y Amadis  antes de casarse  es entregado por la misma princesa  a la doncella de Dinamarca  para  que lo criase , está asustada ante la presencia de una leona huye y abandona al recién nacido, el cual es  tomado  de las ropas por la fiera. Un ermitaño llamado Nasciano pide a la leona que abandone a la criatura, el ermitaño recobra al niño y lo bautiza con el nombre de Espladian, después de  algunas  aventuras  Amadis descubre que van a casar a Oriana y para evitarlo vence a su rival, rescata a Oriana y confirma públicamente su matrimonio.



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